Confianza


Hay una obra de teatro de la literatura española, muy antigua, del siglo XVII, de un autor llamado Tirso de Molina… quizá a algún lector curioso le suene. Esta obra se llama “El condenado por desconfiado”. 

Cuenta la historia de dos hombres. Uno, Enrico, un delincuente que está condenado a muerte por sus fechorías, pero que alberga en su corazón buenos sentimientos hacia su padre enfermo y hacia su pobre novia que dejará sola por culpa de sus crímenes. El otro, un monje, Paulo, que a los ojos de la gente es un gran cristiano, un virtuoso cristiano, pero que está muy seguro de su propia salvación ya que siempre se ha visto a si mismo como un santo. 

Enrico, el delincuente, se halla en la cárcel y está profundamente arrepentido por la vida que llevó y pide perdón a Dios. El otro, ya no pide perdón pues siente que con sus fuerzas ha logrado lo que este pobre infeliz ha perdido… pues no cree que Dios perdone al encarcelado… La historia continúa y finalmente el condenado a muerte es perdonado y salvado por Dios, pues confió en su misericordia, mientras que el monje, al morir, se condena por haber desconfiado de Dios y haber pensado que era él quien decidía sobre su vida eterna… Enrico, el delincuente, se salvó. Paulo, el monje, se condenó… por desconfiado.

La desconfianza del hombre debe ser uno de los dolores más grandes para el Corazón de Dios. Lo mismo que le ocurre a un padre si su hijo desconfía de el y sus consejos. Hay mucha gente que desconfía incluso de las decisiones de Dios. Jesucristo quiso fundar la Iglesia sobre hombres comunes como todos nosotros. No porque estos ya fueran grandes santos, sino porque reconociéndose pecadores confiaron en su Palabra. Hoy, el Señor sigue eligiendo a hombres así. Pero mucha gente desconfía de estas elecciones de Dios y por ejemplo no se acercan a confesarse con un cura “porque seguro que es más pecador que yo”… “¿Por qué debo confesarle mis pecados a un hombre???? Yo me confieso directamente con Dios”…

Uno no toma conciencia de lo que dice a veces. Es como ir a una estación de servicios y pretender que en lugar de que me atienda un empleado, venga el mismísimo gerente general de YPF a echarle nafta a mi auto… “sin intermediarios”… “que me atienda el mismísimo Gerente General!!!!”… Si hiciéramos eso nos dirían que estamos locos…

Pues algo así pasa cuando pretendo que Dios me confiese directamente a mí ¡sin intermediarios!... porque no confío en sus elecciones de hombres-Sacerdotes para que me perdonen los pecados en su Nombre. Se trata de un gran pecado de soberbia

¿Por qué no aprovechar las gracias que nos regala Dios a través de su Iglesia y nos acercamos a pedir perdón por nuestros pecados? ¿O cometeremos el mismo error que el monje de la novela? No seamos desconfiados. El Señor ha querido perdonarnos a través de las manos de los Sacerdotes. Confiemos en su misericordia de Padre.

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.

Vida


En estos días me enteré de dos noticias que impactan, aunque por distintas razones.

La primera se trata de una noticia científica. Un científico argentino, que trabaja en la Agencia Espacial Europea, es parte de una misión de exploración espacial en el planeta Marte. No es que el vaya a viajar sino que trabaja como científico en la aventura de enviar una nave con un pequeño robot con ruedas, parecido a otros que ya ha enviado la Nasa, al planeta rojo. Este pequeño artefacto viajará por más de 9 meses hasta llegar al planeta Marte que está a una distancia de 70 millones de kilómetros… El objetivo es la búsqueda de distintos indicios que nos digan si hubo vida en Marte… Vida. Una noticia sobre la búsqueda de vida en el espacio.

La otra noticia es más impactante por lo sucedido… pero también se trata de la vida… de la vida de 16 personas de un asilo de ancianos en Yemen, un país de mayoría musulmana al sur de la península arábiga… Un ataque terrorista acabó con la vida de los 16, entre ellos cuatro monjitas de la Caridad, la congregación que fundó la Madre Teresa de Calcuta. Y parece que además hay un sacerdote secuestrado en la misma acción… El Papa Francisco dijo que el hecho fue de una violencia diabólica

Cuando pensamos en la Cuaresma y más específicamente en la Semana Santa, nos vienen rápidamente a la memoria imágenes de Jesús sufriendo su Pasión… Nos parecen imágenes del pasado… Pero hoy el Señor sigue sufriendo en cada ataque a la vida que sufre cualquiera de sus hijos.

¡Que contradictorio que es el ser humano! Gastarán 1200 millones de euros para ver si alguna vez en un remotísimo pasado podría haber habido vida en un planeta distante. Y aquí, a la vuelta de la esquina comparada con las distancias del universo, se mata a las personas sin ninguna razón y con una violencia y maldad realmente diabólicas... y también gastando muchísimo dinero en armas… Nada distinto a la injusticia y crueldad que sufrió el mismo Jesús, nada menos que aquel que dice de si mismo que es la Vida.

Hoy vamos a rezar teniendo presente especialmente a las víctimas de la violencia, de todo tipo de violencia. Y vamos a pedir también por la conversión, primero de los usan la violencia para sus fines irracionales, pero también por los gobernantes y poderosos del mundo que no dudan gastar fortunas siderales en aventuras espaciales mientras millones de personas mueren de hambre en el mundo. Que no dudarán en proclamar el hallazgo de vida cuando encuentren un par de proteínas en Marte, mientras en la tierra ponen dinero para que los gobiernos legalicen el crimen del aborto… Que escuchen la voz del Señor que es Padre bueno y misericordioso y quiere que todos se conviertan y se salven:

+ Padre nuestro….

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

San José y San Leonardo, rueguen por nosotros.

El cuarto Rey Mago


Cada año, al ir concluyendo el Año Litúrgico, la Iglesia celebra el día de Cristo Rey. Es muy significativo que la lectura del Evangelio elegida, es la de aquel encuentro de Jesús con Pilato, poco tiempo antes de ser condenado a muerte, cuando Jesús le dice que, efectivamente, es Rey, pero que su Reino no es de este mundo. 

Y hablando de reyes ¿conocen la historia del cuarto Rey Mago?... Se cuenta que no eran 3 sino 4 los magos de oriente que un día vieron una estrella y estudiándola sacaron la conclusión que un Rey Divino nacería. Y para ir a conocerlo y presentarle sus respetos, pusieron una fecha y hora de partida. Ese día, el cuarto mago no llegó a la cita a tiempo así que los tres que ya conocemos se pusieron en camino. Se había demorado en comprar muchas piedras preciosas para el Niño Rey. Afligido por su retraso, se puso en camino solo pensando en alcanzarlos rápidamente.

Sin embargo, en su camino se fue encontrando con diversas personas que iban solicitando de su ayuda. Este Rey Mago las atendía con alegría y diligencia, e iba dejándole una perla a cada uno. Pero eso fue retrasando su llegada y vaciando su cofre. Encontró muchos pobres, enfermos, encarcelados y miserables, y no podía dejarlos desatendidos. Se quedaba con ellos el tiempo necesario para aliviarles sus penas y luego procedía su marcha, que nuevamente era interrumpida por otro desvalido.
Sucedió que cuando por fin llegó a Belén, ya no estaban los otros Magos y el Niño había huido con sus padres hacia Egipto, pues el Rey Herodes quería matarlo. El Rey Mago siguió buscándolo, ya sin la estrella que antes lo guiaba.
Buscó y buscó y buscó… y dicen que estuvo más de treinta años recorriendo la tierra, buscando al Niño... y ayudando a los necesitados que se encontraba. Hasta que un día llegó a Jerusalen justo en el momento que la multitud enfurecida pedía la muerte de un pobre hombre. Mirándolo, reconoció en sus ojos algo familiar. Entre el dolor, la sangre y el sufrimiento, podía ver en sus ojos el brillo de la estrella. Aquel miserable que estaba siendo ajusticiado era el Niño que por tanto tiempo había buscado.
La tristeza llenó su corazón, ya viejo y cansado por el tiempo. Aunque aún guardaba una perla en su bolsa, ya era demasiado tarde para ofrecérsela al Niño que ahora, convertido en hombre, colgaba de una Cruz. Había fallado en su misión. Y sin tener a dónde más ir, se quedó en Jerusalén para esperar que llegara su muerte.
Apenas habían pasado tres días cuando una luz aún más brillante que la de la estrella llenó su habitación. ¡Era el Niño-hombre de la cruz, que ahora Resucitado venía a su encuentro! El Rey Mago, cayendo de rodillas ante Él, tomó la perla que le quedaba y extendió su mano mientras hacía una reverencia. Jesús le tomó tiernamente y le dijo: “Tú no fracasaste. Al contrario, me encontraste durante toda tu vida. Yo tuve hambre, y me diste de comer. Tuve sed y me diste de beber. Yo estaba desnudo, y me vestiste. Estuve preso, y me visitaste. Pues yo estaba en todos los pobres que atendiste en tu camino. ¡Muchas gracias por tantos regalos de amor! Ahora estarás conmigo para siempre, pues el Cielo es tu recompensa.”
La vida de cada ser humano es un poco como la del cuarto Rey mago. Ojala que “perdamos el tiempo” viendo en los demás el rostro de Jesús. Que la vida nos sirva para buscar a ese Rey Niño, que es el mismo que un día nos encontraremos Resucitado al final de nuestras vidas. Pueda ser que el Señor nos diga lo mismo que al mago del cuento.

Ave María…

La espada


No podemos sustraernos al dolor cuando nos enteramos noticias como la de los atentados terroristas en Paris, Munich, Siria, Egipto, etc, etc... Es horroroso desde todo punto de vista que haya personas que son capaces de hacer tales cosas a otras personas, y encima lo hacen, supuestamente, en nombre de Dios, o mejor dicho de "su dios"…

El terrorismo islámico no es algo que haya empezado hace unos meses cuando también en Paris atacaron a la redacción de una revista que hizo dibujos de su profeta… revista que se cansó de ridiculizar al mismo Papa Benedicto XVI y a Jesús y la Virgen María también, pero claro, nunca los cristianos reaccionaremos de esa manera… 

Tampoco empezó en el ataque a las Torres Gemelas en setiembre del 2001… No. El terrorismo del extremismo islámico empezó muchas decenas de años atrás, cuando nuestros hermanos cristianos, católicos, protestantes u ortodoxos, sufrieron persecución, cárcel, exilio y muerte a manos de estos fundamentalistas. Pero eran solo pobres cristianos que a los medios de comunicación no le interesaban y no eran noticia. Por muchos años occidente hizo silencio ante la persecución de cristianos de Irak, Irán, Siria, Libia, Nigeria, Egipto, Pakistán, Afganistán, China… Después de las Torres gemelas las balas empezaron a picar de este lado de occidente y los medios empezaron a prestar atención. Y aunque haya mucho de político y económico detrás de estos grupos, si leen el mensaje de los terroristas adjudicándose cualquier atentado, verán que atacaron a Francia o a quien sea por ser “cristianos”… 

Pero la pregunta del millón es : ¿cómo paramos esta locura? ¿Alcanza la violencia como defensa? Es de esperar que los países aliados de occidente respondan de manera contundente en esta guerra… ¿pero eso asegura el éxito? ¿podremos decir que logrando derrotar a este grupo se terminarán los fundamentalismos extremistas?... es difícil de creer por lo que se ve… ¿Cuál es la manera?

Cuenta Monseñor Oliver Doeme, uno de los Obispos de Nigeria, que a fines del año 2014, estaba en oración y adoración en su Capilla ante el Santísimo Sacramento… rezando al Señor para que los ayude por la terrible persecución que sufren de parte de otro grupo extremista islámico africano que se llama Boko Haram… (Habrán escuchado que no hace mucho raptaron a más de 200 chicas de un colegio religioso para hacerlas esclavas…) ... bueno, allí estaba el afligido Obispo Oliver en oración cuando se le apareció el mismo Señor Jesucristo. Jesús traía en sus manos una espada y se la ofrecía. Cuando el la tomó en sus manos, la espada se convirtió en un Rosario. Y escuchó una voz que repitió tres veces “Boko Haram ya no está”.

Dice Monseñor Oliver Doeme que interpretó la visión instantáneamente. Boko Haram, y lo mismo podemos decir de Al Qaeda, Isis y cualquier extremismo (comunistas incluidos), cree que quemando nuestras Iglesias, persiguiendo, secuestrando y matando, logrará terminar con el cristianismo. Pues no podrá. Costará mucho tiempo quizá de rezar el Rosario, pero Boko Haram desaparecerá y Cristo vencerá.

Creo que lo mismo que el Señor le dijo a aquella comunidad Nigeriana, nos lo dice a todo el mundo. Sólo la oración podrá hacer que el terrorismo desaparezca. La oración sin descanso, especialmente el Santo Rosario. Ante masacres cotidianas en cualquier lugar del mundo, los políticos pondrán cara de verdadera preocupación y diseñarán tremendos planes militares. Lamentablemente la violencia traerá más violencia.


Como dice San Pablo, vivimos una lucha espiritual contra espíritus infernales, que obviamente se manifiesta en estas barbaridades. Pues esa guerra, se gana con oración. Pidamos a nuestra Madre que tome cada Ave María de nuestras corazones y forme un Rosario por la paz, por los cristianos perseguidos y por las almas de los que han muerto.

Ave María…

“No”, también es una respuesta


La pequeña historia que hoy les quiero contar me hizo recordar a un querido profesor de este Colegio. Seguramente muchos lo han escuchado decir que el tiene respuestas para todas las preguntas. Y es que cuando le preguntan sobre un tema que desconoce, sencillamente tiene una respuesta: “No se”. Decir “no se”, también es una respuesta válida.

La historia de hoy es la de un niño que un día le escribió una carta al niñito Jesús que decía: "Querido niño Jesús. Primero que nada ¡Feliz cumpleaños! Te agradezco por haberme enviado un hermanito, pero yo te había pedido una bicicleta. Con cariño, Fabricio."

Así escribió al niño Jesús, Fabricio, en los días posteriores a la Navidad. Tenía un solo, pero gran deseo, de poseer la bicicleta último modelo que había admirado en una bicicletería de su barrio. Pero la mamá de Fabricio tenía tantas cuentas que pagar y los gastos aumentaban cada día más que no podía de ninguna manera comprar una bicicleta para su hijo. Además estaba llegando su hermanito nuevo… Fabricio conocía las dificultades de su mamá, así que decidió pedir la bicicleta directamente al niño Jesús, y siempre que terminaba sus oraciones añadía aquella frase: "No te olvides de la bicicleta".

Llegó la Navidad. Ya había llegado su hermanito a casa y Fabricio... no recibió ninguna bicicleta. Cuando de noche se pusieron a rezar, el niño se arrodilló como siempre al lado de su cama para las oraciones junto con su mamá.

"Fabricio" le dijo dulcemente la mamá, "me imagino que estarás triste porque no recibiste la bicicleta por la Navidad. Espero que no estés enojado con el niño Jesús porque no respondió a tu pedido". Fabricio miró a su mamá y le dijo: "Oh no, mamá. Yo no estoy enojado con Jesús. El contestó a mis oraciones. Pero me dijo que no”.

La verdad es que nos cuesta cuando Dios nos dice que no. A uno le gustaría siempre un si. Es que si leemos en el Evangelio lo que Jesús nos dice sobre la oración podría dar la impresión que basta con rezar para conseguir todo lo que queremos. "Pidan y les darán, busquen y hallarán, llamen a la puerta y les abrirán. Porque todo el que pide recibe y el que busca encuentra y al que llame a una puerta se le abrirá....Por lo tanto, si ustedes que son malos saben dar cosas buenas a sus hijos, cuanto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan" (Lc 11,11-13) Se ve claramente que Dios no se compromete a darnos siempre lo queremos sino lo que es más importante: el Espíritu Santo. San Mateo nos dice algo semejante: "El Padre que está en los cielos dará cosas buenas al que se las pida" (M7,7).

Siempre un Padre da cosas buenas. Y muchas veces el no dar lo que uno pide es lo mas bueno que podría suceder. Por eso, como este pequeño Fabricio, no debemos enojarnos con Dios o pensar que no nos escucha. A veces malinterpretamos sus no o sus silencios. Siempre Dios tiene algo mejor preparado para nosotros sus hijos. El, como Padre que es, elije lo mejor para nosotros. Y lo mejor muchas veces es estar atentos a sus sorpresas cotidianas. ¿No era lindo cuando nuestros padres nos sorprendían con algún regalo que no esperábamos? Dios hace lo mismo. Miren a las flores del campo, dice Jesús, ni trabajan ni hilan y sin embargo Dios las viste con hermosura. ¿Qué no hará Dios por nosotros que somos verdaderamente sus hijos? ¿O desconfiamos de Papá Dios? Por eso, siempre y a cada momento, aún ante un “no” como respuesta, digamos: Gracias papá Dios.


Padre Nuestro…

Muerto de sed


Un hombre se había perdido en el desierto. Agotada la reserva de alimentos y de agua, se arrastraba fatigosamente sobre la arena caliente. De improviso vio delante de sí algunas palmeras y sintió un gorgotear de agua. Más desanimado todavía, pensó: "Esto es un espejismo. Mi fantasía me proyecta delante los deseos más profundos de mi inconsciente. En realidad no hay absolutamente nada delante de mí--- estoy perdido…". Esto se decía aquel hombre perdido en el desierto y sin esperanza y delirando se abandonó sin fuerzas al suelo y murió.

Poco tiempo después, algunos beduinos lo encontraron muerto en la arena. "¿Entiendes tú algo?" le dijo el primero: tan cerca estaba del oasis, con el agua a dos pasos y frutas en cantidad. ¿Cómo es posible? Sacudiendo la cabeza el otro le contestó: "Era un hombre moderno"... Es decir, un hombre que no sueña, no tiene esperanza, no tiene ideales y no cree en Dios.

Muchos hombres y mujeres de hoy viven pensando que Dios y el mensaje de Jesucristo son un espejismo. Una fábula, un cuento de niños. Pero como a todo hombre y mujer un día nos llega nuestro final, y que pena morirse de hambre y sed tan cerca de la fuente ¿no? Porque todo hombre tiene hambre y sed de felicidad, de verdad. Y busca la verdad y la felicidad en la tecnología, en las fiestas, en el placer, en la supuesta alegría de grandes risotadas que  no alimentan de verdad. ¿Está mal divertirse con amigos? No. No está mal en tanto no pensemos que eso es todo lo que existe y no hay nada mejor.

Lamentablemente cuando uno come demasiadas cosas supuestamente ricas terminan cayendo mal estómago. Con el espíritu pasa lo mismo. No podemos llenar el espíritu con cosas que no le dan vida verdadera. Y así muchos se pasan la vida teniendo la felicidad de Dios tan cerca, y no se dan cuenta, porque son tan modernos que creen que todo eso son cuentos de viejas…

Por eso la Iglesia nos invita a recordar a quienes nos precedieron en esta vida. Todos los días. Pero en especial durante la conmemoración de los fieles difuntos, o sea de todos aquellos que fueron bautizados en Cristo y ya fallecieron... Quizá muchos vivieron una vida cercana al Señor, pero algunos quizá la vivieron de lejos, sin involucrarse demasiado. Los recordamos y le pedimos a Dios que tenga misericordia de ellos y los tenga en su gloria y ofrecemos por ellos oraciones, pero fundamentalmente el Sacrificio de la Misa.

Si ya están en el Cielo, pues intercederán por nosotros para que nos aprovechemos de los alimentos divinos que Dios nos da por la Iglesia y no muramos de hambre y sed espiritual. Y si están en el Purgatorio, siendo purificados en su alma para poder entrar al Cielo con un traje de santidad, le pedimos a Dios que los ayude a estar muy pronto en su presencia.

Junto con nuestra oración tengamos en nuestra mente a aquellos familiares y amigos que ya partieron, con la esperanza de que un día nos reencontraremos en el Cielo, eternamente felices.

Dios te salve, María…
San José y San Leonardo…

Los héroes


Después de Jesucristo, los santos ocupan un lugar muy importante en la vida de la Iglesia. ¿Quiénes son los santos? No son estatuas precisamente…. Son personas de carne y hueso, como nosotros, que asumiendo con responsabilidad cristiana su vida cotidiana han seguido a Cristo llevando las cruces de cada día. Han vivido las virtudes de una manera heroica y sobre todo han “amado a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a si mismos”.

Y no todos los santos son curas o monjas. Los últimos Papas, sobre todo desde San Juan Pablo II, han canonizado a muchos laicos y a muchos matrimonios. Sin ir mas lejos, el 18 de octubre de 2015 fueron proclamados santos los padres de otra gran santa, los padres de Santa Teresita del Niño Jesús: Luis y Celia Martín. Un matrimonio que se santificó en lo común de una vida familiar.

Por eso todos estamos llamados a ser santos en el estado de vida y responsabilidades que nos atañen en cada momento. Yo como padre de familia y profesor, ustedes como hijos primero, pero también como alumnos de este Instituto y también como amigos. Sí, que importante tener amigos santos. Pues muchas veces lo bien que esté una manzana depende de las manzanas que la rodean ¿no? Por eso, sean santos y rodéense de amigos y amigas santas.

¿Es fácil ser santo? Si cuento con mis fuerzas no, evidentemente. Soy débil y el mal me pesa e inclina…. Pero con Dios, nada es imposible. Obviamente implica esfuerzo. ¿Pero que no lo implica en la vida? ¿Acaso no implica esfuerzo el transcurrir el año en el Colegio y el terminar la secundaria? Ser santo también implica esfuerzos. Por eso, si existen héroes en el mundo, no son los de las películas, sino los que son santos en la vida escondida de las familias y sus trabajos. Esos son los verdaderos héroes. Ustedes han nacido para ser héroes. No desperdicien el único negocio que realmente vale la pena en la vida: ser santos.

Pidamos a nuestra Madre Santísima, la más encumbrada de los santos después de Jesucristo, que nos ayude a seguir a su Hijo.

San José y San Leonardo….