La espada


No podemos sustraernos al dolor cuando nos enteramos noticias como la de los atentados terroristas en Paris, Munich, Siria, Egipto, etc, etc... Es horroroso desde todo punto de vista que haya personas que son capaces de hacer tales cosas a otras personas, y encima lo hacen, supuestamente, en nombre de Dios, o mejor dicho de "su dios"…

El terrorismo islámico no es algo que haya empezado hace unos meses cuando también en Paris atacaron a la redacción de una revista que hizo dibujos de su profeta… revista que se cansó de ridiculizar al mismo Papa Benedicto XVI y a Jesús y la Virgen María también, pero claro, nunca los cristianos reaccionaremos de esa manera… 

Tampoco empezó en el ataque a las Torres Gemelas en setiembre del 2001… No. El terrorismo del extremismo islámico empezó muchas decenas de años atrás, cuando nuestros hermanos cristianos, católicos, protestantes u ortodoxos, sufrieron persecución, cárcel, exilio y muerte a manos de estos fundamentalistas. Pero eran solo pobres cristianos que a los medios de comunicación no le interesaban y no eran noticia. Por muchos años occidente hizo silencio ante la persecución de cristianos de Irak, Irán, Siria, Libia, Nigeria, Egipto, Pakistán, Afganistán, China… Después de las Torres gemelas las balas empezaron a picar de este lado de occidente y los medios empezaron a prestar atención. Y aunque haya mucho de político y económico detrás de estos grupos, si leen el mensaje de los terroristas adjudicándose cualquier atentado, verán que atacaron a Francia o a quien sea por ser “cristianos”… 

Pero la pregunta del millón es : ¿cómo paramos esta locura? ¿Alcanza la violencia como defensa? Es de esperar que los países aliados de occidente respondan de manera contundente en esta guerra… ¿pero eso asegura el éxito? ¿podremos decir que logrando derrotar a este grupo se terminarán los fundamentalismos extremistas?... es difícil de creer por lo que se ve… ¿Cuál es la manera?

Cuenta Monseñor Oliver Doeme, uno de los Obispos de Nigeria, que a fines del año 2014, estaba en oración y adoración en su Capilla ante el Santísimo Sacramento… rezando al Señor para que los ayude por la terrible persecución que sufren de parte de otro grupo extremista islámico africano que se llama Boko Haram… (Habrán escuchado que no hace mucho raptaron a más de 200 chicas de un colegio religioso para hacerlas esclavas…) ... bueno, allí estaba el afligido Obispo Oliver en oración cuando se le apareció el mismo Señor Jesucristo. Jesús traía en sus manos una espada y se la ofrecía. Cuando el la tomó en sus manos, la espada se convirtió en un Rosario. Y escuchó una voz que repitió tres veces “Boko Haram ya no está”.

Dice Monseñor Oliver Doeme que interpretó la visión instantáneamente. Boko Haram, y lo mismo podemos decir de Al Qaeda, Isis y cualquier extremismo (comunistas incluidos), cree que quemando nuestras Iglesias, persiguiendo, secuestrando y matando, logrará terminar con el cristianismo. Pues no podrá. Costará mucho tiempo quizá de rezar el Rosario, pero Boko Haram desaparecerá y Cristo vencerá.

Creo que lo mismo que el Señor le dijo a aquella comunidad Nigeriana, nos lo dice a todo el mundo. Sólo la oración podrá hacer que el terrorismo desaparezca. La oración sin descanso, especialmente el Santo Rosario. Ante masacres cotidianas en cualquier lugar del mundo, los políticos pondrán cara de verdadera preocupación y diseñarán tremendos planes militares. Lamentablemente la violencia traerá más violencia.


Como dice San Pablo, vivimos una lucha espiritual contra espíritus infernales, que obviamente se manifiesta en estas barbaridades. Pues esa guerra, se gana con oración. Pidamos a nuestra Madre que tome cada Ave María de nuestras corazones y forme un Rosario por la paz, por los cristianos perseguidos y por las almas de los que han muerto.

Ave María…

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