El desconfiado


 Un día un hombre caminaba por una senda bastante difícil, resbaló y cayó a un precipicio. En la caída pudo aferrarse a una rama y allí quedó. ¿Cómo haré para salir de aquí? Y se descubrió a sí  mismo pensando en Dios, cosa que nunca había hecho. Jamás se había preocupado por esas “tonterías de viejas de Parroquia”… 

Sin embargo, en aquella situación gritó desesperado: "¡Dios mío sálvame! Nunca he creído demasiado en ti, pero si me salvas te prometo que siempre creeré en ti…" Hubo un silencio que era roto solamente por el silbido del viento…. Y repitió su oración con fuerzas… De pronto tronó una voz desde las nubes que dijo: "Oh no… tú nunca creerás. Conozco a las personas como tú…". El hombre se animó y gritó con más fuerza: - "No, no, no… te equivocas… yo creeré en ti. ¡De veras!" …. "No, no lo harás", respondió Dios. "Es lo que todos dicen".

Tanto imploró y argumentó el hombre que al final Dios le dijo: "Esta bien. Creeré en lo que tú me dices. Te salvaré… Suelta la rama". El hombre sorprendido se asió más fuerte a su rama y preguntó: "¿Qué dices? ¿Qué suelte la rama? Ah no… ¡crees que estoy loco!..."

No sabemos si el hombre pudo bajar de allí…

Miren. Más difícil que tener Fe en Dios es tener Confianza en Dios. Creer todos creen, pero confiar en El es otra cosa. Colgarse de la rama también lo hacen los monos... ¿No le decimos cada día a Dios que nos de el pan? Sin embargo que nerviosos nos ponemos cuando no podemos conseguir las cosas que deseamos…

Seguramente en alguna Misa escucharon el relato evangélico del joven rico que pregunta qué tiene que hacer para alcanzar la vida eterna, a lo que Jesús le dice que debería empezar cumpliendo los 10 mandamientos. El muchacho, muy firme “en su ramita” le dice que eso ya lo hace… "¿Qué más tengo que hacer?"... Y Jesús le pide algo así como que se suelte y abandone en Dios: "Vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres y sígueme". Y el joven se retiró con mucha tristeza pues era muy rico. Estaba prendido a la rama de sus seguridades y por nada del mundo las soltaría, ni aunque se lo pida Dios.

Esta época es como un bosque lleno de ramas y lianas. Siempre hay algo de que agarrarse para no escuchar a Dios. No voy a Misa porque se juega el clásico…. No voy el domingo porque está el mundial de Rugby…. No voy porque tengo un cumpleaños… no voy porque… porque…. Porque…. Siempre hay excusas para Dios. Siempre hay ramas de las que nos aferramos porque en el fondo decimos que creemos, pero no confiamos. 

Debemos pedir a la Virgen María que nos ayude a confiar más. Mirémosla a Ella. Ella confió plenamente que sería Madre del Hijo de Dios sin poner ninguna excusa. Soltó las ramas de su vida cotidiana para arriesgarse al Plan de Dios. Como San Leonardo Murialdo, que dejó sus seguridades familiares para seguir al Señor. Como el Padre Lalo, el Padre José Luis… como tantos hombres y mujeres que dejaron sus seguridades para soltarse y arrojarse a los brazos del Señor… Todos tenemos fe. Todos creemos. Esta semana debemos crecer en confianza. Solo quien confía puede escuchar al otro, escuchar a Dios.

Padrenuestro…
Santa María, Madre de la Confianza, ruega por nosotros.

San José y San Leonardo…

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