Había
una vez un ingeniero que fue llamado a arreglar una máquina de la que
dependía gran parte del proceso productivo de una importante fábrica.
Sentado frente a la máquina, oprimió unas
cuantas teclas, asintió con la cabeza, murmuró algo para sí mismo y apagó el
aparato. Procedió a sacar un pequeño destornillador de su bolsillo y
dio vuelta y media a un minúsculo tornillo. Entonces encendió de nuevo la máquina
y comprobó que estaba trabajando perfectamente.
El presidente de la
compañía se mostró encantado y se ofreció a pagar la cuenta en el acto.
-”¿Cuánto le debo?
“-preguntó.
– “Son mil euros, si
me hace el favor.”
– “¿Mil euros? ¿Mil
euros por unos momentos de trabajo? ¿Mil euros por apretar un simple
tornillito? ¡Ya sé que esta maquinaria es una parte fundamental de mi proceso
productivo, pero mil euros es una cantidad disparatada! La pagaré sólo si me
manda una factura perfectamente detallada que la justifique.”
El ingeniero asintió
con la cabeza y se fue. A la mañana siguiente, el presidente recibió la
factura, la leyó con cuidado, sacudió la cabeza procedió a pagarla en el acto. La
factura decía:
Detalle de
servicios prestados:
1. Apretar un
tornillo……….. …. …. …. …. … 1 euro
2. Saber qué tornillo
apretar………….. ….. 999 euros
¿Se dan cuenta? Apretar un tornillo cualquiera
lo hace. Pero saber cual es el tornillo adecuado, sólo el que sabe.
Con
Dios pasa algo parecido. Cuando
yo estudiaba, un Sacerdote que era nuestro profesor, decía que no es lo mismo
creer en Dios que creerle a Dios. Creer, cualquier dice que cree. Pero creerle a Dios, a Jesús, eso ya
es otra cosa. Porque si uno “le cree” a Jesucristo, deberá amar a Dios sobre
todas las cosas y al prójimo como a si mismo. O sea, respetará a sus padres, a
los mayores, a los profesores, a sus compañeros. Jamás les hará ningún mal… Si
le cree a Jesús, tomará la cruz de cada día, es decir los sacrificios comunes
de cada día con amor: levantarse temprano, llegar a tiempo a la escuela, hacer
los deberes, estudiar, ayudar en casa… Si le cree a Jesús, creerá en que comer
su Cuerpo en la Eucaristía no da la Vida eterna… etc. Etc…
Igual
que no es lo mismo apretar un tornillo que saber cual es el adecuado para tener
éxito, tampoco es lo mismo decir que creemos en Jesús como que le creemos a
Jesús. Pues si le creemos, seguiremos sus consejos y El podrá llamarnos amigos.
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