El Evangelio de Juan nos recuerda aquellas palabras que Jesús dijo a sus discípulos y que también
nos las dice a nosotros: "Permanezcan en mi Amor…" Permanezcan...
Permanecer es no andar cambiando de cosa en cosa. Permanezcan en mi Amor,
dice Jesús. Y mas adelante explica un poco más en que consiste este amor: "Ámense
los unos a los otros como Yo los he amado". O sea, no cualquier amor,
sino como El nos ha amado, hasta dar la vida. Y unas palabras más adelante,
Jesús agrega: "No son ustedes los que me eligieron a mí, sino Yo
el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese
fruto sea duradero".
El nos eligió, no nosotros.
Vieron que uno muchas veces se piensa que
Dios y la Iglesia son como un televisor. Si tengo ganas rezo… si tengo ganas
voy a Misa… si tengo ganas veo una peli… si tengo ganas veo un partido… Así
como hacemos zapping con la tele pretendemos que con las cosas de la Iglesia o
de Dios también… Pero resulta que no somos nosotros los que elegimos. El que
tiene el control es El. El nos ha elegido a nosotros.
Así que el Evangelio nos enseña a permanecer
en la sintonía del canal de Jesús, que es su Amor. No cualquier amor, no
cualquier canal, sino como El nos ama. Permanecer en su amor es aceptar que El
nos eligió para quedemos fruto, y fruto en abundancia.
La próxima vez que se sienten, delante de un televisor, se van a acordar
de cómo se vive con Dios: No haciendo zapping, sino permaneciendo en su amor.
Dios te salve María…
San José y San Leonardo…
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